jueves, 6 de septiembre de 2007

BackSpace [<-----]

Pienso en este momento acerca de las ventajas de vivir en este mundo actual, supongo que en otras épocas de la -gloriosa- historia de la humanidad no hubiera podido sentarme frente a una maquina tan vital como esta a dejar que mis dedos sigan el camino que mi corazón les dicta, tecla por tecla, incluso la injustamente despreciada por casi todos los de esta naciente generación. la desdichada backspace( ¡si!, la de borrar tus errores).

Quizas es por que solo usamos el backspace luego de unas palabras algo pasadas de tono en contra de un objeto inanimado que nunca las escuchará, ¿por que la usamos?, por cuestiones de falta de atención, o quizás por que nos sobra el tiempo para cometer errores, y cuando no lo tenemos, ese instinto humano que nos impulsa a hacer travesuras nos fuerza a embarrarla de todas las maneras imaginadas. ahí llega la flechita [<---- ], a ayudarnos a olvidar nuestra imperfección, y con su invariante silueta y una sonrisa en su punta, nos hace sentir reyes de la vida. enseñandonos la engañosa e irónica lección de que podemos manejar todo, y que nuestras desiciones pueden borrarse.

¿Pero entonces por que tanto odio hacia una desdichada flecha que nos salva siempre?, quizas solo quizas por ese orgullo humano, que nos caracteriza bien, que siempre busca argumentos para subir nuestra imagen y estima a niveles algo separados de la realidad. es esa prepotencia la que le da tan pequeño espacio en un mundo de 108 habitantes (si conte mal es por el sueño). la flechita deberia abarcar por lo minimo 10 veces mas del espacio que le damos. deberia ser mas alta, mas gruesa, recordandonos que ante todo somos imperfectos. necesitamos perdón, necesitamos borron y cuenta nueva, no necesitamos mas "espacio" (que bien largo si es) ni mucho menos entrar a ningun sitio (siendo mas llamativo eso de entrar, causando errores de mayor proporcion) lo que en verdad necesitamos es aprender que esa solitaria tecla, es el reflejo de nuestra historia, nuestas excusas y argumentos. y que hasta el final donde solo el perdon del señor reina, hasta allá nos acompañara...

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